03/04/2021 Vigilia Pascual (Mc 16, 1-7)

Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a ungirlo.

Cuando pasó el sábado; es decir, el primer día de la semana. Para nosotros, el gran día de la semana, el de la Resurrección, el domingo.

Compran perfumes para ungirlo. Difícil entender lo que hacen estas mujeres. Porque ha pasado demasiado tiempo y porque la piedra que cierra el sepulcro es muy pesada. No hay lógica que lo explique. Como no hay lógica alguna en la fe o en el amor. Solamente cuando están cerca del sepulcro se preguntan:

¿Quién nos moverá la piedra de la entrada del sepulcro? Alzaron la vista y observaron que la piedra estaba movida.

Jesús ha dejado el sepulcro. Comienza la nueva vida. La vieja vida, la que parecía definitivamente acabada y taponada por una pesada losa, ha vuelto a la luz maravillosamente transformada. Para el Señor es cosa muy sencilla remover cualquier losa que atenaza el corazón. Un seguidor de Jesús nunca debe dejarse atrapar por la resignación ante la imposibilidad de mover la losa que le aplasta.

Podemos y debemos esperar, porque Dios es fiel, no nos ha dejado solos. Nos ha visitado y ha venido en cada situación: en el dolor, en la angustia y en la muerte. Hoy quiere llegar a los rincones más oscuros de la vida. Hermanos, aunque en el corazón hayáis sepultado la esperanza, no os rindáis: Dios es más grande. La oscuridad y la muerte no tienen la última palabra (Papa Francisco).

No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el Crucificado. No está aquí, ha resucitado… Id ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de ellos a Galilea. Allí le verán, como les había dicho.

Las tres mujeres necesitan tiempo para superar el susto y para entender lo escuchado. No es para menos. Esta Vigilia Pascual es un buen momento para asimilar la realidad del Crucificado-Resucitado. Lo hacemos cantando el ALELUYA con toda el alma. Así nos reafirmamos en la convicción de que nada tememos ante el futuro y de que cualquier losa se nos hará ligera, porque él es la luz y la vida de nuestras vidas.

    0