11/01/2021 Lunes primero (Mc 1, 14-20)

El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio.

Creed en el Evangelio. El Papa Francisco nos pide que, por favor, hagamos lo siguiente: Leed todos los días un pasaje del Evangelio; tres minutos, cuatro, cinco… Leyendo el Evangelio se entiende. Y esto trabaja por dentro: es el Espíritu Santo quien hace el trabajo después. El Evangelio diario es la semilla. Quien hace germinar y crecer la semilla es el Espíritu Santo.

El Evangelio es la Buena Noticia; es la mejor de las noticias. Dios no puede dar a los humanos una noticia más grandiosa. En torno al Evangelio gira todo lo que existe; es el epicentro de todo. El Evangelio es la iniciativa divina que nos salva; es el punto de referencia de todo. Los creyentes debemos verlo y vivirlo todo a la luz del Evangelio. El Evangelio transforma un corazón de tristeza en un corazón de alabaza. El Evangelio es la perla preciosa y el tesoro escondido; cuando descubiertos, hacen que no reparemos en otras migajas que caen de la mesa del Padre y que nos obsesionemos con ellos.

Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.

En cuanto Jesús comienza a proclamar el Evangelio, se hace acompañar de unos discípulos. Ve necesario que, desde el primer momento, aparezca el elemento tan esencial del Evangelio que es la fraternidad. Aunque no todos los creyentes de entonces o de ahora estamos llamados a seguirle de la misma manera. Pero sí que todos estamos llamados a ponerle en el centro de nuestras vidas. Y que todos estamos llamados a disfrutar y propagar riquezas tan espléndidas del reino como son la paz, la libertad, la solidaridad.

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