21/01/2021 Santa Inés (Mc 3, 7-12)

Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre…

Una gran muchedumbre. Marcos tiene interés en especificar la procedencia de los que siguen a Jesús. Vienen de Jerusalén y de varias regiones de Israel; pero vienen también de regiones paganas. Con esto, el Evangelista quiere recalcar que la salvación de Jesús es universal, es católica, es para todos.

Estamos celebrando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. La unidad entre nosotros está en lo interior, en el Espíritu, más que en la unidad visible de obediencia al sucesor de Pedro. Cierto que en el pasado se dijo que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación posible. Y que quienes forman parte de la Iglesia Católica son únicamente quienes reconocen al sucesor de Pedro, Vicario de Cristo en la tierra. Pero el Espíritu nos ha ido llevado a extender la catolicidad a todo ser humano al que llega de cualquier manera la salvación de Jesús. Por eso, esta semana oramos por la unidad cordial, la fraternidad, la solidaridad entre todos los hombres por encima de culturas o religiones.

Así de grandiosa es la visión del final de los tiempos de san Pablo: Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos (Flp 2, 10). Así lo había profetizado Isaías: Ante mí se doblará toda rodilla (Is 45, 23).

El Evangelio de hoy nos invita a ampliar horizontes y abrazar la fraternidad universal, la verdaderamente católica. Nada de dejarnos atrapar por la tentación creernos superiores porque tenemos el monopolio de la verdad y de la salvación. Vivamos con los ojos puestos más allá de nuestras familias, de nuestras parroquias, de nuestro país.

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