05/05/2025 Lunes 3º de Pascua (Jn 6, 22-29)
- Angel Santesteban
- 4 may
- 2 Min. de lectura
Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Después de la multiplicación de los panes la gente busca a Jesús; no quieren que se les escape. Claro que, bien visto, más que buscar a Jesús, se están buscando a sí mismos. Así se lo hace ver Él mismo: Os aseguro que me buscáis, no por las señales que habéis visto, sino porque os habéis hartado de pan. Y cuando la gente, un tanto avergonzada, le pregunta qué es lo que tienen que hacer para ser auténticos seguidores, les dice: Que creáis a aquél que Dios ha enviado.
Todo seguidor de Jesús, todo cristiano, si quiere serlo de verdad, debe aprender a olvidarse de sí mismo para poner los ojos únicamente en Él. Todo seguidor de Jesús, todo cristiano, debe aprender a desterrar todo lo que sea auto: la autorreferencialidad, la autoestima, la autocrítica, el autobombo, la autonomía… Todo seguidor de Jesús, todo cristiano, debe dejar de pensar en la santidad como meta primera de la vida, ya que todo es regalo de Dios y nada puede ser comprado con los dineros de los méritos o los esfuerzos. Todo seguidor de Jesús, todo cristiano, debe proponerse como meta la misma de san Pablo: Todo lo considero pérdida comparado con el superior conocimiento del Mesías Jesús, mi Señor; por el cual doy todo por perdido y lo considero basura con tal de ganarme al Mesías y estar unido a Él. No contando con una justicia mía basada en la ley, sino en la fe en el Mesías, la justicia que Dios concede al que cree (Flp 3, 8-9).
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