02/12/2025 Martes 1º de Adviento (Lc 10, 21-24)
En aquella ocasión, con el júbilo del EspÃritu Santo, dijo: ¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla. Es bueno ser cumplidores y ser razonables tanto en actitudes como en conductas, pero todo esto no es del agrado del Señor si no hay humildad: Dios quiere el sacrificio de un espÃritu contrito, un corazón contrito y humillado, oh Dios, tú no lo desprecias  (Salmo 51, 20). A sa
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