Le seguía una gran multitud. Él se volvió y les dijo: Si alguien acude a mí y no me ama más que a su padre y su madre…, no puede ser mi discípulo.
Jesús no se siente cómodo con la gran multitud. Sabe que, poco a poco, conforme les vaya presentando sus exigencias, le abandonarán. Así ayer y así hoy. No se es verdadero seguidor de Jesús por formar parte de una sociedad que se dice cristiana. No se es verdadero seguidor de Jesús por cumplir unos mandamientos y practicar unas devociones. No se puede ser verdadero cristiano por nacimiento, o por cultura, o por inercia. Se es verdadero cristiano, verdadero seguidor de Jesús solamente cuando, sopesados pros y contras, se hace una opción personal y radical por Él. Seguir a Jesús no es obligatorio: El que quiera seguirme… (Lc 9, 23).
San Pablo hizo su opción radical por Jesús: Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo (Flp 3, 7). A su discípulo Timoteo le asegura: Sé de quién me he fiado (2 Tim 1, 12). Seguir a Jesús significa ordenar la vida según las prioridades que Él impone.
Quien no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.
El Papa Francisco dice que el estilo cristiano, sin cruz, no es cristiano. Y si la cruz es una cruz sin Jesús, esa cruz no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús. Y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús. Cargar con la cruz significa soportar con entereza las penas y contrariedades del día a día. La mayor cruz de Jesús fue el rechazo de unos y la incomprensión de otros.
Comments