07/12/2024 San Ambrosio (Mt 9, 35 - 10, 8)
- Angel Santesteban
- 6 dic 2024
- 2 Min. de lectura
07/12/2024 San Ambrosio (Mt 9, 35 – 10, 8)
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Proclamando el Evangelio. El Papa Francisco, siempre empeñado en evangelizar a tantos cristianos poco familiarizados con el Evangelio, dice: Tomen el Evangelio. ¡Tómenlo, tómenlo con ustedes y léanlo cada día! ¡Es el mismo Jesús el que les habla allí! ¡Es la palabra de Jesús! ¡Ésta es la palabra de Jesús!
Al ver a la multitud, se conmovió por ellos, porque andaban maltrechos y postrados, como ovejas sin pastor.
Seis siglos antes de Jesús, el profeta Ezequiel se expresaba de manera parecida: Las ovejas se han dispersado por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las fieras del campo (Ez 34, 5). ¿No podríamos decir hoy lo mismo? La compasión de Jesús no está motivada hoy por enfermedades o muertes, sino por la lamentable calidad de vida de tantas personas que, gozando de buena salud física, viven tristes o angustiados.
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
Ante tanta indigencia de tantos corazones, ¿adoptamos la actitud de la lamentación y de la censura, o adoptamos la actitud que nos pide Jesús de poner en sus manos lo poquito de que disponemos? La respuesta es clara. Hacemos lo que nos pide, y Él se encarga del resto.
Llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
Jesús nos envía y nos da autoridad sobre los espíritus inmundos a todos los que creemos en Él: El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún (Jn 14, 12).
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