08/09/2020 Natividad de María (Mt 1, 1-16; 18-23)
- Angel Santesteban
- 7 sept 2020
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Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
Nueve meses después de la fiesta de la Inmaculada, celebramos su nacimiento. Los Evangelios no hablan de esto. Sí hay una tradición, basada en el Evangelio apócrifo de Santiago escrito hacia el año 150, que dice, por ejemplo, que los padres de María fueron Joaquín y Ana. Como quiera que sea, es día de felicitaciones. Celebramos el cumpleaños de María y cantamos a coro con ella su cántico de alabanza: Proclama mi alma la grandeza del Señor. San Juan Damasceno (+ 749) escribe: Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo.
Es día de felicitaciones hacia la madre de Jesús; por tanto, día de regalos para ella. Pero, ¿qué podríamos regalarle? Lo sabremos entrando en nuestro interior acompañados por la Palabra de Dios, como gustaba de hacer ella.
Es día de felicitaciones hacia nosotros mismos que, celebrando a la madre de los creyentes, nos congratulamos por haber recibido, desde ya mismo, la salvación de Dios.
Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada maternal que nos conoce mejor que nadie, de su mirada llena de compasión y de atención. María, hoy queremos decirte: Madre, danos tu mirada. Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un regalo del Padre bueno, que nos espera en cada giro de nuestro camino, es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestro pecado. Y para encontrar a este Padre lleno de amor, hoy te decimos: ¡Madre, danos tu mirada! (Papa Francisco).
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