Jacob engendró a José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Mesías.
Si bien el Evangelio de hoy con la genealogía puede parecer un poco aburrido, es el camino de Dios entre los hombres, buenos y malos. Hay pecado, pero Dios no se asusta: camina, camina con su pueblo, hace crecer la esperanza de su pueblo en el Mesías. (Papa Francisco).
La genealogía de Jesús en esta fiesta del nacimiento de la Madre de Jesús, nos hace ver que el Hijo de Dios, la Palabra del Amor, se encarna en nuestra humanidad. Madre e Hijo nacen en una familia muy especialmente enraizada en la historia de salvación. María ocupa un lugar eminente en esta historia nuestra de salvación.
El nacimiento de Jesucristo sucedió así…
La concepción de Jesús tuvo lugar de manera extraordinaria, aunque a todos, menos a José y María, todo pareciese perfectamente normal. También en la concepción de María hubo algo realmente extraordinario que pasó desapercibido a todos. Pero es que toda vida, aparentemente ordinaria, vista con los ojos de la fe, es absolutamente extraordinaria.
El Evangelista Mateo centra su atención en José; casi se olvida de María. Lo único que ella hace es ponerse silenciosamente en manos de Dios y confiar en Él, que lo tiene todo bien organizado; Él tiene la solución. Y mientras esa solución no llega, toca sufrir.
Celebramos hoy el cumpleaños de la Madre. Es un día para sentirnos hermanos y para sentarnos a la mesa en torno a ella junto al Hermano mayor. Todos le pedimos a la Madre que nos cante su canción favorita y todos cantamos a coro: Proclama mi alma la grandeza del Señor. Porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava.
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