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10/07/2023 Lunes 14 (Mt 9, 18-26)

  • Foto del escritor: Angel Santesteban
    Angel Santesteban
  • 9 jul 2023
  • 2 Min. de lectura

Mientras les explicaba eso, se le acercó un funcionario, se postró y le dijo: Mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y ella recobrará la vida.

Un funcionario se acerca a Jesús mientras les explicaba lo del vino nuevo y los odres viejos. Son dos los milagros que nos ofrece Mateo; lo hace con menos detalles que Marcos (5, 21-43) o Lucas (8, 40-56). De todos modos, el Evangelista presenta muy bien las dos cosas que quiere mostrarnos: la fe del funcionario y de la mujer por una parte y, por otra parte, la presteza de Jesús en atenderles.

La fe del funcionario es grande, muy grande; cree que Jesús puede devolver a la vida a su hija muerta. La fe de la mujer es también muy grande; cree que sanará con solo tocar el borde de su manto.

Entre tanto, una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias, se le acercó por detrás y le tocó la orla de su manto. Pues se decía: Con solo tocar su manto, quedaré sana.

Esta mujer representa bien a muchas personas que van por la vida abrumadas por traumas y complejos; personas que suspiran por descubrir la luz y la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Como la enfermedad de la mujer tiene que ver con su genitalidad, ella vive víctima de un tabú que la obliga a encerrarse en un caparazón de soledad y de vergüenza.

El Papa Francisco dice: Para tener acceso al corazón del Señor hay un solo requisito: sentirse necesitado de curación y confiarse a Él. Yo os pregunto: ¿Cada uno de vosotros se siente necesitado de curación? ¿De cualquier cosa, de cualquier pecado, de cualquier problema? Y, si sientes esto, ¿tienes fe en Jesús?

 
 
 

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1 comentario


José María Ustárroz Cuadra
José María Ustárroz Cuadra
10 jul 2023

Señor, me gustaría tocar más el borde de tu manto y menos el mío. Si quieres, como te pidió el leproso, puedes aumentar mi fe. "Yo TE GUARDARÉ dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y NO TE ABANDONARÉ HASTA QUE CUMPLA LO QUE HE PROMETIDO". (primera lectura). Gracias Dios mío, en Ti confío.

¡Gloria a Dios!

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