Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os amé.
Es la primera frase del Evangelio de hoy. La frase última es: Esto es lo que os mando, que os améis unos a otros. Amor al principio y amor al final. También en el medio: A vosotros os he llamado amigos.
El Evangelio de hoy es el corazón del discurso de despedida de Jesús. Discurso que abarca los cinco capítulos que comienzan con el lavatorio de los pies en el capítulo trece, y concluyen con la oración sacerdotal en el capítulo diecisiete.
Que os améis unos a otros como yo os amé. ¿Cómo ama Jesús? Le contemplemos Jesús rodeado de sus discípulos en el cenáculo. Sabe crear una atmósfera de intimidad abriendo su corazón a aquellos hombres tan poco propensos a relaciones personales profundas. Como vemos en otras páginas de los Evangelios, Jesús sabe forjar amistades con hombres y mujeres de toda clase al acercarse sin máscaras y sin juzgar a nadie. Vemos también que Jesús es muy sensible ante el sufrimiento de los que encuentra.
Que os améis unos a otros como yo os amé. Como yo os amé; se pone a sí mismo como punto de referencia. Sabré por tanto cómo debo amar solamente después de haberle contemplado a Él. Seguir a Jesús, ser cristiano, no es un asunto doctrinal, ni consiste en el cumplimiento de unas normas. Seguir a Jesús, ser cristiano, es cuestión de amor. San Pablo lo dice así: Aunque posea el don de profecía y conozca los misterios todos y la ciencia entera, aunque tenga una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada (1 Cor 13, 2).
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