15/12/2024 Domingo 3º de Adviento (Lc 3, 10-18)
- Angel Santesteban
- 14 dic 2024
- 2 Min. de lectura
La gente le preguntaba: Pues, ¿qué debemos hacer?
La ascética figura del Bautista impresionaba a la gente y muchos acudían a él. Sus palabras llegaban al corazón; también al corazón de publicanos y militares. Todos le preguntaban: ¿Qué debemos hacer?
Maestros de la ley y fariseos habrían dado una respuesta prefabricada: Guarden los mandamientos. La respuesta del Bautista es más personal y muy superior; apunta a la solidaridad: el que tenga que reparta. Pero es una respuesta que tiene poco que ver con la que da Jesús a quienes le preguntan qué deben hacer. Les dice y nos dice: Que creáis en el enviado de Dios (Jn 6, 29). Mientras el Bautista se mantiene en una órbita humana, Jesús nos eleva a una órbita divina.
El pueblo estaba expectante y andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería el Cristo.
Este tercer domingo de Adviento es llamado domingo de GAUDETE; es decir, domingo del ALEGRAOS. ¿Por qué? Porque la primera lectura comienza así: Alégrate, hija de Sión, el Señor ha revocado tu sentencia y ha expulsado a tu enemigo. Y porque la segunda lectura comienza así: Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Los ángeles de Belén insistirán en lo de la alegría: Os anuncio una gran alegría que lo será para todo el mundo (Lc 2, 10).
¿Por qué tanta insistencia en la alegría? Porque si de verdad creemos lo que decimos creer no podemos vivir apesadumbrados, ni pesimistas. Nos llega el salvador, nos llega la salvación. No tenemos nada que temer; absolutamente nada.
Lo decía muy bien una mística inglesa medieval: All is well (todo está bien). Lo repetía por segunda vez: All is well (todo está bien). Y lo repetía por tercera vez con un añadido: And all shall be very well; y todo estará estupendamente bien.
Viviremos alegres y optimistas si de verdad creemos en el enviado de Dios, el hijo de María, el que recorría los caminos de Galilea y recorre ahora las páginas de los Evangelios. Sin olvidarnos de la respuesta del Bautista, nos quedaremos quedémonos con la de Jesús: Creed en el enviado de Dios.
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