15/12/2025 Lunes 3º de Adviento (Mt 21, 23-27)
- Angel Santesteban

- hace 14 horas
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Llegado al templo, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
Jesús ha expulsado a los mercaderes del templo, provocando la reacción de las autoridades judías que piden explicaciones: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado tal autoridad?
La palabra autoridad aparece varias veces en el relato. Estos hombres que se acercan a Jesús, representan la perversión de la autoridad. Perversión que se da cuando no se aceptan objeciones y se exige obediencia ciega. Es cosa bastante común también en nuestros días. ¿Quizá debido a la fragilidad emocional de la juventud de hoy? La perversión de la obediencia favorece la proliferación de abusos.
También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto.
Las relaciones humanas son cosa compleja y delicada. Comoquiera que nos comportemos, sabremos de dolores de cabeza y de remordimientos. Por eso es bueno mirar a Jesús para hacer como Él: humildad sí, sumisión no; verdad sí, arrogancia no; serenidad sí, nerviosismo no. Jesús tuvo grandes tensiones, especialmente con las autoridades religiosas. Hoy no duda en adoptar una actitud beligerante. Recordemos aquellas palabras suyas: Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10, 16).
¿Cómo proceder de la mejor manera en mis relaciones más problemáticas? Mirando a Jesús. La receta que Él me da es la de comenzar el día como Él, con un tiempo dedicado a la oración: Al hacerse de día salió y se fue a un lugar solitario (Lc 4, 42). Luego, si a pesar de todo saltan chispas, me iré a Él encargándole que haga de bombero. Así es cómo los errores cometidos no afectarán a la relación.
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