16/08/2025 Sábado 19 (Mt 19, 13-15)
- Angel Santesteban
- 15 ago
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Dejad a los niños y no les impidáis acercarse a mí, pues el reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
Esta vez no le traen enfermos, sino niños: para que pusiera las manos sobre ellos y pronunciara una oración. A los discípulos no les parece correcto molestar así al Maestro; piensan que Jesús no puede perder el tiempo con cosas tan poco serias, y tratan de ahuyentar a niños y mamás. Jesús se molesta con ellos, y se lo reprocha abrazando y bendiciendo a los niños (Mc 10, 16). ¡Qué curioso! Los discípulos ya se sienten autorizados a decidir qué debe y qué no debe hacer Jesús.
El reino de Dios pertenece a los que son como ellos. No es cuestión de edad, sino de actitud. Los niños son el modelo a seguir, ante todo por la confianza absoluta en otras personas. Santa Teresita, la gran maestra que Dios ha dado a nuestros días para mostrarnos este camino tan evangélico de la infancia espiritual, nos dice:
- Lo que le agrada a Jesús es verme amar mi pequeñez y mi pobreza, es la esperanza ciega que tengo en su misericordia. Mantengámonos, pues, muy lejos de todo lo que brilla, amemos nuestra pequeñez. Entonces seremos pobres de espíritu.
- Cuando tomo en mis manos la Sagrada Escritura, todo me parece luminoso… La perfección me parece fácil. Veo que basta con reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios.
Es muy bueno y muy saludable repetir las palabras del salmo: Señor, mi corazón no es engreído, ni mis ojos altaneros. Me mantengo en paz y silencio, como niño en el regazo materno. Mi deseo no supera al de un niño (Salmo 131).
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