16/11/2025 Domingo 33 (Lc 21, 5-19)
- Angel Santesteban

- hace 2 días
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Llegará un día en que todo lo que contempláis lo derribarán sin dejar piedra sobre piedra.
Se acaba el año litúrgico. Dentro de dos semanas comenzaremos el nuevo año con el primer domingo de Adviento. Las lecturas de estos últimos días nos hablan mucho del final de los tiempos. Lo hacen en un estilo catastrofista difícil de entender: Todo lo que contempláis lo derribarán sin dejar piedra sobre piedra. Son palabras pronunciadas ante el magnífico templo de Jerusalén y que se hicieron realidad cuarenta años más tarde.
Pero son palabras que podemos aplicarlas a otras realidades. Por ejemplo, a la pobre realidad de nuestra Iglesia que parece se desmorona por momentos. ¿Dónde están aquellos templos llenos de hace unos años? También podemos aplicar lo de no quedar piedra sobre piedra a nuestros cuerpos. Cuando llegamos a mayores, ¿qué queda de aquel vigor de nuestros años jóvenes? ¿Es todo esto motivo para el pesimismo y la tristeza? Jesús no lo ve así y nos dice que nos mantengamos tranquilos, porque no se perderá ni un cabello de vuestra cabeza.
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
De acuerdo que nos toca vivir tiempos difíciles. Todos los tiempos fueron difíciles. Hace cinco siglos santa Teresa hablaba de tiempos recios. Necesitamos fe y paciencia. Necesitamos dedicarnos a lo esencial de nuestra vida cristiana: mantener nuestros ojos fijos en Jesús, el Señor de la vida y de la historia. Necesitamos vivir de acuerdo con las palabras de la oración que sigue al Padrenuestro en la Misa: Mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Acostumbrados a controlar la vida, necesitamos dejar ese control en manos del Señor de la historia. Necesitamos rendirnos y abandonarnos, como niño en brazos de su madre. Solamente entonces tiene lugar la plena liberación y el disfrute de la vida en abundancia.
Que el Espíritu del Señor nos transmita la sabiduría y la entereza para responder a los retos de los tiempos que vivimos.
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