18/10/2023 San Lucas, Evangelista (Lc 10, 1-9)
- Angel Santesteban
- 17 oct 2023
- 2 Min. de lectura
Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante de Él, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir.
Después de esto. Después de que el Evangelista nos haya dejado con la sospecha de que aquellos tres posibles candidatos a convertirse en discípulos, han claudicado ante las duras exigencias de Jesús.
A otros setenta y dos… De dos en dos. Poco antes Jesús había enviado a los Doce, con instrucciones parecidas a las impartidas ahora a los setenta y dos: también éstos, que nos representan a todos, son enviados a proclamar el Reino y a sanar enfermos. Nos envía, de dos en dos. Hombres y mujeres, viejos y jóvenes; la proclamación del Reino solo es posible en colaboración con otros. El francotirador solitario, por muy dotado que sea, no puede ser testigo de quien puso como mandamiento supremo el amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.
Los envió por delante a todas las ciudades y lugares adonde pensaba ir.
El Evangelista Lucas, cuya fiesta celebramos hoy, conoció al Señor Jesús a través de su maestro Pablo; tampoco Pablo había conocido personalmente a Jesús. Ambos son conducidos por el Espíritu hasta un muy hondo conocimiento del Señor. Ambos, maestro y discípulo, se sienten enviados, como los Doce o como los setenta y dos, a proclamar el Reino y a sanar enfermos. Lucas lo ha hecho, sobre todo, con sus dos libros. Escribe su Evangelio al ilustre Teófilo, al amigo de Dios (Lc 1, 3); es decir, a cada uno de nosotros. Ninguno como Él nos habla de la infancia de Jesús, de María, del Dios-Misericordia, de la alegría…
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