19/05/2025 Lunes 5º de Pascua (Jn 14, 21-26)
- Angel Santesteban
- hace 2 horas
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Quien conserva y guarda mis mandamientos, ése sí que me ama.
Estas frases de Jesús ponen de manifiesto que solamente el amor conduce a la plenitud de vida del ser humano. Como Jesús llegó a la plenitud de su vida y misión dando su vida por amor.
Cuando Jesús habla de guardar sus mandamientos, piensa en un solo mandamiento, el suyo: Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado (Jn 15, 12). Solamente cumpliendo este mandamiento podemos decir que amamos a Jesús. Para eso no hay que esperar a que el prójimo se haga digno. Y no vale decir que eso es imposible, porque no es imposible para Dios. Ahí está el pedir confiadamente cada mañana el pan de ese día.
Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?
También nosotros, creyentes, nos hacemos esa pregunta. ¿Por qué yo sí y otros no? A Jesús no le interesa la pregunta; no responde. Podemos pensar que las cosas son así sencillamente porque así lo quiere Él. Entonces, como hoy, llamó a unos pocos; a muchos les dejó volver a sus casas y sus cosas.
A Jesús la pregunta no le interesa; no responde. Como no respondió a la de Pedro sobre Juan: Señor, y éste ¿qué? Respuesta: ¿Qué te importa? Tú, sígueme (Jn 21, 21-22).
Lo que sí interesa a Jesús es decirme por qué y para qué me ha elegido con el regalo de la fe: El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
Es una frase de mucho calado. Es una revelación de la invasión de la persona humana por parte de Dios Trinidad.
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