22/10/2025 Miércoles 29 (Lc 12, 39-48)
- Angel Santesteban
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Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Jesús continúa su exhortación a la vigilancia; hoy ilustra la exhortación con la imagen del ladrón que no anuncia su llegada. Se trata de vivir el momento presente con sencillez y con serenidad, conscientes de que la pandilla de ladrones que llevamos dentro puede jugarnos una mala pasada en cuanto nos descuidemos.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre.
¿Será de repente, o será tras una larga espera? Ni lo sabemos, ni nos debe importar. Lo que sí sabemos y nos importa es que Él se fue a prepararnos un lugar, y cuando os haya preparado un lugar volveré y os tomaré conmigo para que donde esté yo estéis también vosotros (Jn 14, 3). Lo que sí sabemos y nos importa es que lo mejor está por llegar ya que el Amor nos espera.
Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?
Interesante pregunta la de Pedro. Interesante, porque podríamos pensar a veces que las palabras de Jesús no son para nosotros. Toda palabra de Jesús es para todos; comenzando por quienes, por el don de la fe, hemos recibido la misión de ser testigos del Evangelio de Jesús: Al que mucho se le confió, más aún se le pedirá. Disfrutar de Jesús por la fe es un privilegio y una responsabilidad. Porque lo que os digo a vosotros, lo digo para todos (Mc 13, 37).
Si mi fe es firme, estaré convencido de haber recibido mucho, y no quedaré satisfecho pensando que mi señor quedará contento conmigo porque no hago daño a nadie.
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