top of page
Buscar

24/07/2024 Miércoles 16 (Mt 13, 1-9)

Aquel día salió Jesús de casa y se sentó a orillas del lago. Así comienza el capítulo trece del Evangelio de Mateo que nos ofrece ocho parábolas. La primera de ellas, la del sembrador con la que oramos hoy, comienza así: Salió un sembrador a sembrar. O sea que salió Jesús de casa, y salió un sembrador a sembrar. Evidentemente, el sembrador de la parábola es Jesús.

Y se sentó a orillas del lago. Pero cuando la gente se aglomera a su alrededor, sube a una barca y, sentado en la barca, les habló mucho rato en parábolas. Es una estampa rica en belleza y serenidad. Las palabras de Jesús se parecen poco a los discursos tremendistas del Bautista. Jesús transmite paz. No impone; solamente propone. Lo suyo es sembrar.

Lo suyo y lo nuestro. Nada de desalientos ante la crisis del cristianismo en nuestra sociedad. Lo nuestro no es cosechar éxitos llenando iglesias o convocando multitudinarias manifestaciones religiosas. Lo nuestro es sembrar Evangelio confiadamente, a pesar de la indiferencia o el rechazo del entorno. La parábola nos habla de un sembrador, no de un cosechador. Para mantener esta actitud confiada y serena es indispensable mantenernos adheridos a Jesús, como el sarmiento a la vid. Sin eso, sembraremos sin convicción, sin pasión. Así no convenceremos a nadie.

El que tenga oídos, que oiga.

Con la misma frase cerró sus enigmáticas palabras sobre Elías y el Bautista (Mt 11, 15). Con la misma frase cerrará la explicación de la parábola de la cizaña (Mt 13, 43). Jesús invita a la reflexión; a hacer lo que tanto gustaba de hacer María de Nazaret: Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón (Lc 2, 51).

0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page