¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados: por fuera son hermosos, por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!
Nunca salieron de labios de Jesús quejas tan amargas como éstas a propósito de la sociedad de su tiempo, o de la corrupción de la clase política, o del extravío de aquellas muchedumbres que iban por la vida como ovejas sin pastor. Tampoco se quejaría de las muchedumbres actuales, tan solemnemente incapaces de distinguir entre mano derecha y mano izquierda (Jonás 4, 11).
Sí que continuarían saliendo de labios de Jesús quejas amargas dirigidas a nosotros, los piadosos, los que nos creemos mejores, los que nos damos aires de grandeza, los que no sabemos mirar con compasión a quienes van por la vida como ovejas sin pastor. Es incoherente creerse cristiano sin haber asimilado el Evangelio. Ser incoherente es sinónimo de ser hipócrita; y corrupto, según el Papa Francisco: Quien conduce una doble vida es un corrupto. Diferente es quien peca y quisiera no pecar, pero es débil y va al Señor y pide perdón. A ese el Señor lo quiere, lo acompaña, y está con él. Y nosotros debemos decirnos pecadores; sí, todos lo somos.
Es cierto que la Iglesia-institución debe cambiar mucho. Pero lo importante para mí en este momento es descubrir lo esencial del Evangelio y vivirlo con gozo. Que me atreva a pensar que los que podrían llamarse desechos de la sociedad serán los primeros en entrar en el Reino. En nuestros viejos países de cristiandad, hoy podemos ser cristianos con más verdad que antes, por carecer de apoyos sociales y de rígidos andamiajes de viejas tradiciones. Así llegamos a crear una atmósfera cristiana más humilde, más fraterna, más amable.
Comments