02/02/2022 Presentación del Señor (Lc 2, 22-40)
- Angel Santesteban
- 1 feb 2022
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Cuando se cumplieron los días…, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor.
Según el libro del Levítico el niño es circuncidado al octavo día de nacer, y treinta y tres días después la mamá hace el rito de la purificación (Lev 12, 1-4). Por eso que a los cuarenta días de la Navidad celebramos esta fiesta de la presentación de Jesús y de la purificación de la madre. José y María van con el niño al templo de Jerusalén y se encuentran con la sorpresa de dos ancianos desconocidos, Simeón y Ana, que parece que conocen al niño mejor que ellos mismos.
Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar a tu siervo irse en paz.
Ahora. Como a los pastores de Belén, también a Simeón se le ha revelado la identidad del niño que María ha puesto en sus brazos. Este niño colma todas sus expectativas; el corazón le estalla de luz y de gozo. Sabe que este niño cierra el tiempo de la ley y abre el tiempo de la gracia. Sabe que ahora comienza el tiempo de la universalidad y de la gratuidad de la salvación. Sabe que este niño es la luz para iluminar a todas las naciones.
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él.
También ellos, José y María, como todo creyente, deben seguir el camino de la fe. Deben ir entendiendo que Dios es Dios de promesas, no Dios de certezas y seguridades humanas. Deben tener claro que lo que se les pide es únicamente abandonarse a Él, sin hacer preguntas. Una espada te atravesará el alma. También ella, la madre, deberá recorrer el camino de sintonizar con Jesús a través de la oscuridad y de las incógnitas.
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