03/05/2025 Santos Felipe y Santiago, apóstoles (Jn 14, 6-14)
- Angel Santesteban
- 2 may
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Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Yo soy el Camino: Porque quien me ve, ve al que me envió (Jn 12, 45). Yo soy la Verdad: Porque si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis realmente discípulos míos, entenderéis la Verdad y la Verdad os hará libres (Jn 3, 15). Yo soy la Vida: Porque quien cree en el Hijo tiene vida eterna (Jn 3, 36).
Le dice Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
Felipe, como tantos cristianos, sufre el síndrome del milagrismo, consecuencia de un equivocado concepto de Dios. Las palabras de Jesús le resultan insuficientes; el Todopoderoso debería tener maneras más contundentes de manifestarse. Felipe ha vivido mucho tiempo con Jesús, pero no ha llegado a comprenderle: Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conocéis?
Tanto tiempo juntos, y Jesús sigue siendo un misterio para los discípulos. La verdad es que nunca acabaremos de conocer plenamente al Padre, como nunca acabaremos de conocer a Jesús. Hagamos nuestro el anhelo de Pablo: Que podamos comprender con todos los santos la anchura y longitud y altura y profundidad, y conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento. Así nos llenaremos del todo de la plenitud de Dios (Ef, 3, 18-19).
Escribe el Papa Francisco: Hay caminos que no llevan al cielo: los caminos de la mundanidad, los caminos para autoafirmarme. Y está el camino de Jesús, el camino del amor humilde, de la oración, de la confianza, del servicio a los demás. No es el camino de mi protagonismo; es el camino de Jesús protagonista de mi vida. Es ir adelante cada día preguntándole: Jesús, ¿qué piensas de esta decisión que he tomado? ¿Qué harías en esta situación, con estas personas?
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