Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Quienes vivimos en el hemisferio norte hemos comenzado el otoño, tiempo de cosechas. Es una buena ocasión para que todos, los del norte y los del sur, fomentemos la actitud de agradecimiento que debería dominar nuestras vidas. San Pablo insiste mucho en esto:
- En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros (1 Tes 5, 18).
- Que con alegría deis gracias al Padre que os capacitó para compartir la suerte de los consagrados en el reino de la luz (Col 1, 12).
- Todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él (Col 3, 17).
- No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias (Flp 4, 6).
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Se pide, se busca y se llama con la confianza y la serenidad de quien sabe que va a recibir, que va a hallar y que va a tener la puerta abierta. Se pide, se busca y se llama con la envidiable actitud del leproso: Señor, si quieres puedes limpiarme.
El Papa Francisco dice: Rezar siempre, pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras. Él conoce mejor que nosotros aquello que necesitamos. La oración perseverante es más bien expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con él, cada día, en cada momento, para vencer el mal con el bien.
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