top of page
Buscar

06/08/2021 La Transfiguración (Mc 9, 2-10)

Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos.

Tomó a tres. ¿Y los otros? Los dejó al pie del monte. Hoy sigue portándose de igual manera. A unos pocos, los agraciados con la fe, nos lleva consigo a lo alto del monte. A muchos, quizá mejores que nosotros, los deja al pie del monte.

Dice el Papa Francisco que los iluminados por la fe, hacemos el camino hacia lo alto para contemplar a Jesús. Se trata de ponernos a la escucha atenta y orante de Cristo, buscando momentos de oración que permiten la acogida dócil y alegre de la Palabra de Dios. En esta ascensión espiritual, estamos llamados a redescubrir el silencio pacificador y regenerador de la meditación del Evangelio que nos conduce hacia una meta rica de belleza, de esplendor y de alegría.

Nosotros conocemos mejor que aquellos tres que subieron al monte lo que le espera a Jesús en Jerusalén. A pesar de ello la cruz, las muchas y duras cruces de la vida, nos siguen desconcertando. Por eso nos son necesarias las experiencias de transfiguración de la oración personal. El Señor nos las dará si mantenemos abiertas nuestras antenas.

Éste es mi Hijo amado; escuchadle.

San Juan de la Cruz pone en boca del Padre estas palabras dirigidas a todos nosotros: Te tengo habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo; y no tengo otra. Pon los ojos solo en Él. El solo bien subrayado.

De todos modos, después de subir al monte de la oración personal o de la Eucaristía nos toca bajar. Siempre con Él. No podemos quedarnos arriba embobados como los discípulos después de la Ascensión.

0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page