07/05/2023 Domingo 5º de Pascua (Jn 14, 1-12)
- Angel Santesteban
- 6 may 2023
- 2 Min. de lectura
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí.
Estamos en la sobremesa de la última cena. Los discípulos están alterados, desconcertados. Acaban de oír de labios de Jesús que se va, y que uno de ellos le va a entregar, y que Pedro le va a negar… Con razón están turbados, confundidos y tristes.
Cuando años más tarde se escriba este Evangelio, también habrá motivos de turbación en la comunidad cristiana. Entonces el motivo principal será el de la tensa convivencia entre los cristianos procedentes del mundo judío y los cristianos procedentes del mundo pagano.
Pero, ¿cuándo no hay motivos de turbación? Santa Teresa definía su época como tiempos recios. ¿Y cuándo no son tiempos recios? Los creyentes no estamos supuestos a vivir tiempos sin turbulencias. Pero sí estamos supuestos a vivir siempre en la paz, a pesar de cualquier turbulencia. ¿Por qué? Porque, por encima de todo, creemos en quien nos dice: No se turbe vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. Y más adelante, siempre en la mesa de la última cena, dirá a los discípulos y nos lo dice a todos: Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero, ¡ánimo!; yo he vencido al mundo (Jn 16, 33).
Siempre es tiempo de turbulencias. Turbulencias de todo tipo: de tipo personal, de tipo social, de tipo eclesial. Pero lo que de verdad importa es que en todo momento, turbulento o tranquilo, nos mantengamos cordialmente unidos a Él. El Papa Francisco nos dice: Hay caminos que no llevan al cielo: los caminos de la mundanidad, los caminos para autoafirmarse, los caminos del poder egoísta. Y está el camino de Jesús, el camino del amor humilde, de la oración, de la mansedumbre, de la confianza, del servicio a los demás. No es el camino de mi protagonismo; es el camino de Jesús como protagonista de mi vida.
Comentarios