Nueves meses después de la Inmaculada Concepción de María, celebramos su nacimiento. Esta fiesta comenzó a celebrarse en Jerusalén en el siglo V. Allí está la basílica de Santa Ana donde, según la tradición, nació la Madre de Jesús.
Genealogía de Jesucristo, del linaje de David, del linaje de Abrahán.
La genealogía de Mateo es humana y judía; su punto de partida es Abrahán. La genealogía de Lucas (3, 23-38) es humana, divina y universal; su punto de partida es Adán, hijo de Dios. La genealogía de Juan (1, 1-14) es divina: Al principio ya existía la Palabra.
Jesús asume plenamente nuestra condición humana. Entre los personajes del árbol genealógico de Jesús los hay perfectamente anónimos; otros muy conocidos por sus garrafales escándalos; otros por su santidad. Hoy veneramos al más grande de esos santos, su madre María: Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Es grande María cuando, ante la insospechada irrupción de Dios en su vida, reacciona poniéndose sin reservas a su disposición: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra (Lc 1, 38). Así mismo su esposo José. No lo tenían claro. Pero se fían: ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció (Lc 1, 45).
Celebramos el cumpleaños de la Madre, fiesta entrañable para quienes hemos hecho de su Hijo el Señor de nuestra vida. La celebramos a la mesa de la vida, junto a patriarcas como Abrahán, junto a adúlteros como David y Betsabé, junto a extranjeros como Rut, junto a prostitutas como Rahab. Hombres y mujeres de todo tipo; de ayer, de hoy y de mañana: La sala de bodas se llenó de comensales, malos y buenos (Mt 22, 10).
Comments