Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?
Jesús, en compañía de Pedro, Santiago y Juan, baja de la montaña. Hasta ese momento, a los discípulos no se les había pasado por la cabeza cuestionar lo aprendido de los escribas. Pero los maestros de Israel hacían una lectura superficial de la Escritura. Se quedaban en la letra de, por ejemplo, la profecía de Malaquías: Yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible (Mal 3, 23). Ahora, con la experiencia de la Transfiguración, los discípulos son capaces de entender mejor el sentido profundo de la Escritura y les parece normal cuestionar lo aprendido. Jesús se ha convertido en el referente principal de su vida; por delante de Moisés y de la tradición. La experiencia de la Transfiguración es la gran lección que enseña a leer e interpretar la Escritura desde Jesús. Y no solo la Escritura; también la historia humana y toda la creación.
Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo.
Los discípulos entendieron, y entendieron bien, que Jesús se estaba refiriendo al Bautista, que sirvió de puente entre lo antiguo y lo nuevo, y que preparó el camino del Señor llamando a la conversión. De él dirá Jesús: No ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista (Mt 11, 11). Sin embargo, como dice el Papa Francisco, también él tuvo que convertirse a Jesús. Y, como Juan, también nosotros estamos llamados a reconocer el rostro que Dios eligió asumir en Jesucristo, humilde y misericordioso.
Comments