12/02/2022 Sábado quinto (Mc 8, 1-10)
- Angel Santesteban
- 11 feb 2022
- 2 Min. de lectura
Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanece conmigo y no tienen qué comer.
Marcos y Mateo nos ofrecen dos milagros de la multiplicación de panes y peces. El de hoy de Marcos es el segundo. Con respecto al primero, hay diferencias significativas: hoy la gente viene de lejos, los panes son siete (cifra de plenitud), siete también las espuertas de las sobras… Como apunta la Biblia de Jerusalén, la primera multiplicación se hace en favor de los judíos, la segunda en favor de los gentiles que ya no quedan relegados a comer las migajas que caen de la mesa de los hijos del reino.
¿Cuántos panes tenéis?
El pan simboliza todo lo necesario para vivir: el pan cereal, el pan salud, el pan afecto…; el pan que Él nos enseñó a pedir: Danos hoy nuestro pan de cada día. El pan es para nosotros y para ser compartido. Cuando pongo en sus manos lo poco que tengo, Él se encarga de alimentar multitudes.
Tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran a la gente.
Jesús quiere hacernos ver que la preocupación por las carencias, también materiales de la gente, es parte de la misión. Contemplamos a los discípulos yendo de Jesús a la gente y de la gente a Jesús. Entre la gente encuentran de todo, los agradecidos y los quejosos. A pesar del cansancio, están contentos.
Comieron y se saciaron; eran unos cuatro mil.
Al final, todo ser humano disfruta del banquete de la plenitud. Así lo dice Él en la parábola del gran banquete: Sal a los caminos y veredas y oblígalos a entrar hasta que se llene la casa (Lc 14, 23).
Comentarios