top of page
Buscar

16/10/2020 Viernes 28 (Lc 12, 1-7)

Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

Jesús se muestra alérgico ante el modo de entender y practicar la religión de los fariseos; ante, por una parte, tanto cuidado de la fachada y tanto elitismo, y, por otra parte, tan poca atención y tan poca misericordia con los prójimos. Los seguidores de Jesús estamos llamados a formar una Iglesia abierta a todos; nada parecido a una secta de unos pocos iniciados.

Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.

No temáis. ¡Lo repite tantas veces! Sabe que el miedo es el principal enemigo de una vida satisfactoria. Pero el miedo continuará condicionando la vida de los discípulos; hasta Pentecostés. Hay miedos especialmente difíciles de superar. Por ejemplo, el miedo del hipocondríaco; el que vive obsesionado por su salud. Es especialmente difícil de superar al tratarse de un trastorno mental. Quien lo padece no es consciente de su condición y, por tanto, no puede pedir su liberación. Otros miedos se superan más fácilmente. Por ejemplo, el producido en muchas personas por el coronavirus. Es más fácil de superar porque el paciente, consciente de su condición, puede recurrir al pedid y se os dará. Tengamos claro que lo contrario de la fe no es la incredulidad, sino el miedo.

No temáis; valéis más que muchos pajarillos.

Frente a la hipocresía de los fariseos, Jesús nos anima a cultivar la transparencia y la autenticidad como actitudes vitales imprescindibles para vivir en plenitud, aunque ello conlleve también conflictos y dificultades. Si ponemos en Él y en su Palabra nuestra seguridad, dejándonos conducir por la libertad del Evangelio, ni uno de nuestros cabellos se perderá (Papa Francisco).

0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page