19/06/2025 Jueves 11 (Mt 6, 7-15)
- Angel Santesteban
- 18 jun
- 2 Min. de lectura
Vosotros orad así: Padre nuestro que estás en los cielos…
Un prefacio eucarístico dice unas palabras que podemos entender como una bella introducción al rezo del Padrenuestro: Aunque no necesitas nuestra alabanza ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias para que nos sirva de salvación por Cristo Señor nuestro.
El Padrenuestro es alabanza, y acción de gracias, y petición, y perdón… El Padrenuestro es comunión. Siendo comunión con Jesús, es comunión con el Dios-Trinidad; es comunión con la humanidad y la creación enteras.
Antes de enseñarnos el Padrenuestro, Jesús nos ha dicho: Cuando recéis, no uséis muchas palabras. Mejor un Padrenuestro en diez minutos, que diez Padrenuestros en un minuto. El Padrenuestro rezado despacio, muy despacio, con el corazón más que con la boca, nos conduce a lo más profundo de la persona de Jesús. Nos conduce a una actitud de vida empapada de confianza total, incluso cuando todo se nos apaga; especialmente cuando todo se nos apaga. Nos conduce a poner a todo ser humano en el centro de la oración y de la vida.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Comenta el Papa Francisco: Fuera del perdón, no hay esperanza; fuera del perdón, no hay paz. El perdón es el oxígeno que purifica el aire contaminado por el odio, es el antídoto que cura de los venenos del rencor, es la vía para desactivar la ira y curar tantas enfermedades del corazón que contaminan la sociedad.
Y el Papa Benedicto: El Padrenuestro es una oración en primera persona del plural, y sólo entrando a formar parte del nosotros de los hijos de Dios podemos traspasar los límites de este mundo y elevarnos hasta Dios.
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