Esta fiesta de la Cátedra de Pedro se celebra en Roma desde hace más de mil quinientos años, como acto de fe de que la Iglesia está edificada sobre el apóstol Pedro y sus sucesores.
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
¡Han compartido tantas cosas, tantos días, tantos caminos…! Jesús está muy interesado en la respuesta de los discípulos. Para hacerla ha escogido un escenario impresionante: al pie del Hermón y junto a las fuentes del Jordán que, 40 kms más abajo, desemboca en el lago de Galilea. Todos estamos invitados a dar nuestra respuesta personal, sin recurrir a lo escrito o aprendido: ¿Quién es Jesús para mí?
Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.
Así responde Simón Pedro. Responde bien; aunque sin entenderlo. El Espíritu habla por él. Pedro no es capaz de explicar lo dicho de forma satisfactoria, ya que sigue creyendo en un mesianismo de talante nacionalista. De todos modos, Jesús alaba la respuesta de Pedro.
Pues yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta Piedra construiré mi Iglesia, el imperio de la muerte no la vencerá.
Pedro, en griego, significa la piedra o roca sobre la que se construye un edificio. Jesús decide edificar su nueva comunidad sobre algo tan frágil como Pedro. Debajo de la fragilidad de Pedro está Jesús. Ningún poder podrá destruir esa comunidad en la que Pedro cumple una tarea central. Con el paso de los años, la respuesta de Pedro ganará en calidad. Así en su segunda carta: Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creéis, rebosando de alegría inefable y gloriosa, y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas (1 P 1, 8-9).