24/10/2025 Viernes 29 (Lc 12, 54-59)
- Angel Santesteban

- hace 1 día
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Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?
Hoy disponemos de sofisticados instrumentos que escudriñan cielo y tierra para conocer el tiempo que hará hoy o en los próximos días. A mayor capacidad para interpretar los signos visibles debería corresponder una mayor capacidad para interpretar los signos invisibles de la realidad del momento presente; la realidad de los tiempos mesiánicos, tiempos de gracia y de salvación.
Pero seguimos en la ignorancia; seguimos sin caer en la cuenta de la grandiosidad de los tiempos que vivimos. No acabamos de comprender que nos está tocando vivir la plenitud de los tiempos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer (Gal 4, 4). En el tiempo favorable te escuché, y en el día de salvación te ayudé (2 Cor 6, 2). En la plenitud de los tiempos hará que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra (Ef 1, 10).
La historia, universal y personal, es como un libro abierto que nosotros, los creyentes, debemos saber leer y entender. Para ello disponemos del más sofisticado de los instrumentos: las Escrituras. Si no estamos familiarizados con ellas, caeremos en el peor de los analfabetismos sin saber interpretar los signos de los tiempos: La Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que espada de dos filos; penetra hasta la separación de alma y espíritu, articulaciones y médula, y discierne sentimientos y pensamientos del corazón (Heb 4, 12).
El signo de los signos es Jesús de Nazaret Lo entendemos cuando el Señor abre nuestras inteligencias para comprender las Escrituras (Lc 24, 45).
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