25/02/2021 Jueves 1º de Cuaresma (Mt 7, 7-12)
- Angel Santesteban
- 24 feb 2021
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Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Así de sencillo. Es una invitación a la confianza en Abbá, siempre atento con sus hijos. Pedid, buscad, llamad. La oración de petición genera una muy saludable dependencia filial. Si vosotros, con lo malos que sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más dará vuestro Padre del cielo cosas buenas a los que se las pidan! Jesús, de nuevo, presenta a los niños como inspiradores de vida y de oración. La oración de petición nos vacía de nosotros mismos, nos llena de Dios y abre espacios al prójimo.
Tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros. En esto consiste la ley y los profetas.
Es un principio válido para toda convivencia; también para quienes carecen de sentimiento religioso. Pensemos en el Samaritano de la parábola, o en el criterio por el que, al final de los tiempos, unos serán colocados a la derecha y otros a la izquierda; ninguna alusión a la práctica de la religión.
No es posible la convivencia armoniosa cuando uno se pone a sí mismo como referente de los demás. Toda convivencia sabe de conflictos; pero en la buena convivencia mandan el perdón y la humildad. Nos dice san Pablo: No tengáis pretensiones desmedidas, antes tended a la mesura, cada uno según el grado de fe que Dios le haya asignado (Rm 12, 3). No hagáis nada por ambición o vanagloria, antes con humildad tened a los otros por mejores (Flp 2, 3). Cada día nos ofendemos unos a otros. Lo que se nos pide es curar inmediatamente las heridas que provocamos, volver a tejer de inmediato los hilos que rompemos (Papa Francisco).
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