25/07/2025 Santiago, apóstol (Mt 20, 20-28)
- Angel Santesteban
- hace 1 día
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Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: ¿Qué deseas? Ella contestó: Manda que, cuando reines, estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
Entonces, precisamente entonces; cuando, ¡por tercera vez!, ha anunciado que va a ser crucificado. Los discípulos, tanto ellos como ellas, se muestran impermeables al discurso de la cruz.
Santiago fue uno de los primeros en seguir a Jesús (Mc 1, 20). Junto con su hermano Juan y con Pedro, formó la terna de discípulos preferidos. Su camino, como el camino de todo discípulo de ayer y de hoy, fue un camino salpicado de dudas y ambigüedades. El Camino de Santiago es mucho más que una ruta turística; el Camino de Santiago es, sobre todo, un camino hacia la persona de Jesús que se definió a sí mismo como EL CAMINO. Quienes, como aquel día Santiago y su hermano Juan y su madre Salomé, buscamos ser más importantes que los demás, estamos fuera del camino. Seguir el camino significa, como ha dicho Jesús a todos sus discípulos: Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor. Lo mismo que el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos.
El Papa Francisco nos dice que el camino del servicio es el antídoto más eficaz contra la enfermedad de la búsqueda de los primeros puestos. Esta enfermedad infecta muchos contextos humanos y no perdona tampoco a los cristianos ni a la jerarquía eclesiástica. Por lo tanto, como discípulos de Cristo, acojamos este Evangelio como una llamada a la conversión, a dar testimonio con valentía y generosidad de una Iglesia que se inclina a los pies de los últimos, para servirles con amor y sencillez.
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