26/02/2021 Viernes 1º de Cuaresma (Mt 5, 20-26)
- Angel Santesteban
- 25 feb 2021
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Os digo que si vuestra justicia no supera a la de los letrados y fariseos, no entraréis en el reino de Dios.
El corazón humano puede ser duro, muy duro. Con la dureza propia de un amor propio que cierra la puerta a la misericordia, aunque las apariencias sean de mucha religión y misericordia. Podría ser, como dice san Pablo, que repartiese todos mis bienes y entregase mi cuerpo a las llamas (1 Cor 13, 3) sin amor, haciendo girar todo en torno a mí mismo. Podría ser incluso, como dice el mismo Jesús, que quien os mate piense que da culto a Dios (Jn 16, 2).
Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el homicida responderá ante el tribunal. Pues yo os digo…
Los mandamientos de Dios aprendidos de niños son precisos y concisos: …no matarás, no cometerás actos impuros, no robarás… Evidentemente no basta guardarlos literalmente. Es preciso ser fieles a su espíritu, al Espíritu de Jesús. En el fondo, no se trata de cumplimiento, sino de amor. Y un amor raquítico no es amor: Si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a la perfección… Nosotros amamos, porque Él nos amó primero (1 Jn 4, 12 y 19).
Deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vueles a llevar tu ofrenda.
Hay personas piadosas que, al no estar familiarizadas con el Evangelio, piensan que es disparate poner al prójimo por delante de Dios. Pero esto es precisamente lo que proclama Jesús. San Juan lo dice así: Quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (1 Jn 4, 20).
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