top of page
Buscar

26/08/2021 Santa Teresa de Jesús Jornet (Mt 24, 42-51)

Así pues, velad, porque no sabéis el día que llegará vuestro Señor.

Mucho insiste Jesús en que no nos amodorremos, en que estemos siempre alerta, en que vivamos con la mente puesta en el final de la vida, cuando seremos juzgados en el amor. Después de las palabras de hoy, nos ofrecerá tres parábolas sobre esto mismo: las diez jóvenes, los talentos y el juicio final. Jesús nos quiere místicos de ojos abiertos, atentos a la realidad que nos rodea y a las necesidades de los prójimos. El misticismo de ojos cerrados es un misticismo de conveniencia; una manera de instalarnos en la jaula de nuestro egoísmo.

Jesús no pretende amenazar; no es lo suyo recurrir al miedo. Quiere que vivamos en actitud de espera serena. Como la reflejada en la oración después del Padrenuestro de la Misa: Mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Siempre despiertos. Porque el Señor sale a nuestro encuentro en cualquier momento y pasa de largo si no estamos atentos. Recordemos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y no te atendimos? Cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de estos más pequeños…

Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre trabajando así.

Estar en vela no quiere decir vivir angustiados. Significa vivir el presente con sencillez, con naturalidad; desde Él hacia los demás. Con toda la paz de quien confía en su Señor.

La honestidad es la rectitud, la coherencia y el actuar con sinceridad absoluta con nosotros mismos y con Dios. La persona honesta no actúa con rectitud solamente bajo la mirada del vigilante o del superior; no tiene miedo de ser sorprendido porque nunca engaña a quien confía en él (Papa Francisco).

0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page