top of page
Buscar

27/04/2023 Jueves 3º de Pascua (Jn 6, 44-51)

Nadie puede venir a mí si antes no lo atrae el Padre que me envió.

La voz del Padre es el Hijo. Sí, Jesús, el carpintero de Nazaret. Él es la palabra del Padre hecha carne. Quien le escucha lo hace atraído por el Padre.

Son muchas las cosas que ejercen un poder de atracción muy fuerte sobre los humanos; tanto que llegan a seducirnos, arrastrarnos y descalabrarnos. ¿Por qué en algunos el poder de atracción de Jesús es más fuerte que esas otras cosas que se adueñan de la fantasía humana? ¿Por qué algunos creemos en Él, y ponemos nuestra confianza en Él, y le proclamamos Señor y Salvador?

Teresa de Lisieux, que estuvo largos años intentando penetrar en el misterio de un Dios que se comporta de manera tan distinta con unos y con otros, escribe: Durante mucho tiempo me he preguntado por qué tenía Dios preferencias, por qué no recibían todas las almas las gracias en igual medida. Me extrañaba verle prodigar favores extraordinarios a los santos que le habían ofendido, como san Pablo o san Agustín, a los que forzaba, por así decirlo, a recibir sus gracias.

Teresa de Ávila respondería: Hemos de dejar en todas estas cosas de buscar razones para ver cómo fue. Pues no llega nuestro entendimiento a entenderlo, ¿para qué nos queremos desvanecer? Basta ver que es todopoderoso el que lo hace, y pues no somos ninguna parte por diligencias que hagamos para alcanzarlo, sino que es Dios el que lo hace, no lo queramos ser para entenderlo.

Nadie puede venir a mí si antes no lo atrae el Padre que me envió.

0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page