Cuando comience a suceder todo eso, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación.
Es verdad que la realidad es fea. Hay muchos que sufren. Muchas guerras, muchos odios, mucha envidia, mucha mundanidad espiritual y mucha corrupción. Pero toda caerá (Papa Francisco). En medio de tantas y tan feas realidades, los seguidores de Jesús iremos por la vida con la cabeza alta: se acerca nuestra liberación. Así nos lo ha dicho Jesús: ¡Ánimo! Yo he vencido al mundo (Jn 16, 33). San Pablo comenta: Como vosotros un tiempo no obedecíais a Dios, y ahora, por la desobediencia de ellos (los judíos), os han tratado con piedad, así ellos por ahora desobedecen, mientras de vosotros se apiadan, y un día también de ellos se apiadarán. Pues Dios ha encerrado a todos en la desobediencia para apiadarse de todos (Rm 11, 30-32).
Creemos que, a pesar de tantas y tan feas realidades, el mundo está en las mejores manos, con toda su historia, con todo ser humano. Creemos que, en la plenitud de los tiempos, Jesús será Señor de todo; el imperio del amor no conocerá fronteras. Y cuando el mundo se nos hunde bajo los pies, entonces debemos sacar a relucir nuestra fe, ponernos en pie y levantar la cabeza. De otra forma, no podremos abrazar al amigo que viene para llevarnos con Él y estar con Él.
Así de bonito lo decía una creyente: Lo único de lo que estoy segura es de que un amor me espera. Más allá del temor, estoy segura de que un amor me espera. Sé que mi hora se acerca y puedo esperarla sonriendo. Y si veis que tengo miedo, ¿por qué no?; recordadme sencillamente que un amor me espera.
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